Limpieza Facial

Una limpieza facial profunda es un tratamiento estético que se enfoca en eliminar impurezas, células muertas, y exceso de sebo de la piel para mantenerla limpia, saludable y radiante.

  1. Desmaquillado: Eliminación de maquillaje y residuos superficiales.
  2. Exfoliación: Remoción de células muertas para mejorar la textura de la piel.
  3. Extracción: Eliminación de comedones (puntos negros y blancos) y otras impurezas de los poros.
  4. Mascarilla: Aplicación de una mascarilla adecuada al tipo de piel para calmar y revitalizar.
  5. Hidratación: Uso de productos hidratantes para reponer la humedad y nutrir la piel.
  6. Protección: Aplicación de protector solar para proteger la piel de los daños UV.

Se recomienda realizar una limpieza facial profunda cada 4 a 6 semanas, dependiendo del tipo de piel y las necesidades individuales. Para pieles grasas o propensas al acné, puede ser beneficioso hacerlo cada 3 a 4 semanas, mientras que para pieles más secas o sensibles, cada 6 a 8 semanas puede ser suficiente. Consultar con un profesional de la estética ayudará a determinar la frecuencia ideal para cada persona.

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